2. Comunicación digital: origen y evolución

2.1. ¿Qué es la comunicación digital? La comunicación 2.0

Se suele definir la comunicación digital como aquella que se da por cualquier canal a través de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y se transmite, pues, por medio de código binario, a diferencia de la comunicación analógica (no verbal), que permite transmitir información de las relaciones que se establecen entre los participantes por medio de gestos, expresiones de la cara, tonalidades de la voz, etc. (relaciones de semejanza entre significante y significado). La comunicación digital, así, tendría un sentido más amplio y sería comunicación verbal que incluiría una estructura lógica compleja y en la cual las relaciones entre significante y significado serían relaciones convencionales y arbitrarias (Sàez, 2007).

Las TIC han provocado que la comunicación digital intente parecerse a la analógica, dado que ha posibilitado representar un objeto de forma muy similar al mismo objeto:

«La paradoja, sin embargo, es que, actualmente, la tecnología digital que se organiza en torno a los procesadores informáticos alfanuméricos permite la progresiva digitalización de la analogía. La pantalla de nuestro ordenador, por ejemplo, simula un escritorio con carpetas, archivadores y documentos, pero, en realidad, solo contiene series numéricas almacenadas en nuestra CPU que una interfaz gráfica nos hace visibles de manera analógica en el mundo presencial».

«Desde este punto de vista, la tecnología está revolucionando las relaciones entre la realidad y la representación y permite nuevas formas de comunicación que pueden llegar a un grado tan alto de confusión que, hoy, nos permite hablar de un concepto como el de realidad virtual, en que juntamos dos términos antónimos hasta hace poco más de dos décadas».

(Sàez, 2007, módulo 2)

El origen de lo que propiamente llamamos comunicación 2.0 se encuentra en Internet, que es el paradigma de la llamada sociedad red (Castells, 2002). Se trata de un avance tecnológico revolucionario que repercute en las personas y sus relaciones sociales y que permite la realización de tres tipos de comunicación que antes se presentaban separados (Escalona, 2014, pág. 20):

  1. Comunicación de uno a uno (típica de la comunicación interpersonal).
  2. Comunicación de un único punto a muchos receptores (la llamada comunicación social).
  3. Comunicación de un punto a millones de puntos (comunicación de masas).

En efecto, en la Red podemos enviar un mensaje a un amigo a través de WhatsApp (tipo 1), o hacerlo a un grupo numeroso de usuarios en las redes sociales (tipo 2). Incluso es posible conseguir una audiencia planetaria con un vídeo compartido en YouTube (tipo 3). Internet se convierte, así, no solo en un constructo informacional sino en una plataforma global de comunicación en la cual, a través de diferentes productos y medios, los usuarios interactúan y se relacionan socialmente.

Fuente: elaboración propia.

En esta nueva forma de comunicación podríamos añadir el elemento esencial de la bidireccionalidad, ya que la Red favorece la interacción y la participación de cualquier usuario como receptor o productor de conocimientos.

También nos puede ser útil diferenciar entre comunicación digital (como ya hemos comentado, en sentido estricto, aquella que se produce por un canal a través de las TIC), comunicación en línea (la que se centra en todo lo que podemos hacer con las herramientas de la Web 1.0, que todavía se emplean hoy, pero que no añade nada más) y comunicación 2.0 (recoge todo lo que podemos hacer con las herramientas de la Web 2.0 y su apuesta por la interacción bidireccional (Escalona, 2014), de modo que se pueden intercambiar los roles de productor y consumidor de contenidos.

La evolución tecnológica ha permitido a la comunicación 2.0 aprovechar la presencia de los dispositivos móviles (teléfonos inteligentes y tabletas) para hacerse más ubicua. A través de estos dispositivos podemos interactuar en tiempo real y dinamizar la experiencia a través de las aplicaciones (apps) de medios sociales, una forma de estar presentes en la Red y de interactuar de diferentes formas (realizando un comentario en un blog, publicando en Twitter o Facebook, empleando apps de geolocalización para indicar la posición, compartiendo enlaces o imágenes, valorando vídeos de YouTube, etc., sin olvidar el componente social de las aplicaciones de mensajería como WhatsApp o las más nuevas de realidad aumentada o virtual). La aplicación móvil con frecuencia favorece unas tareas muy estereotipadas, a menudo más mecánicas que en el ordenador personal (a veces tan simples como un «Me gusta» en Facebook o un retweet en Twitter). Este tipo de dispositivos, afirma Dolors Reig:

«Nos mantienen conectados de forma permanente, proporcionan una capa adicional a la realidad que amplía y aporta infinitos matices a algo que nos es tan propio como la sociabilidad».

(Reig, 2012, pág. 23)

La arquitectura de participación de la web 2.0, prosigue Reig, es la gran oportunidad para favorecer la condición social humana, en tránsito hacia la hipersociedad. La variedad de gadgets existentes contribuye a construir este mundo nuevo de posibilidades de la comunicación 2.0, ya que no nos restringe en un espacio concreto sino que va con nosotros.