6.3. Las comunidades virtuales de práctica
Sandra Sanz define una comunidad de práctica como «un grupo de personas que ejerce la misma actividad o responsabilidad profesional y que, preocupado por un problema común o movido por un interés común, profundiza en su conocimiento y pericia en este asunto a través de una interacción continuada» (Sanz, 2013). La tendencia natural que poseemos a compartir conocimientos y experiencias con el objetivo de solucionar los problemas y mejorar los procesos de la organización lleva a una interacción fecunda cooperativamente, de tal manera que el conocimiento puede circular de forma libre y contribuir a la mejora de la productividad y del clima de empresa. Cada uno de los miembros de la comunidad aporta su conocimiento, con la confianza de que los otros también lo harán: la parcialidad de cada aportación es una contribución muy valiosa a la totalidad. En las comunidades de práctica se comparten símbolos, técnicas, herramientas, valores, un conjunto de elementos que han sido constitutivos de la organización y que se han convertido en parte inseparable de la práctica habitual (Sanz, 2011).
Podemos resumir los de los miembros de las comunidades de práctica en la tabla siguiente:
Clasificación de Wenger |
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Clasificación de Molina y Marsal |
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En este sentido, hay que destacar la figura del moderador o dinamizador, que garantiza el buen funcionamiento de la comunidad de práctica y es clave para conseguir la participación de los miembros del grupo.
En cuanto a la virtualidad de estas comunidades, que cada vez está más presente, favorece la transferencia de conocimiento sin tener que coincidir en el tiempo y en el espacio. Internet facilita enormemente la comunicación y ayuda en las nuevas formas de trabajo, contribuyendo en la formación de grupos informales en el marco de la estructura formal (Sanz, 2011, módulo 2, pág. 25), mejorando la visibilidad para el resto de la organización y expandiendo geográficamente la comunidad de práctica.
Enlace recomendado
Programa «Compartim» (Generalitat de Catalunya).<http://cejfe.gencat.cat/ca/formacio/gestcon/>.
Como caso concreto, podríamos mencionar el programa «Compartim», del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, definido de la siguiente manera:
«El Departamento de Justicia lleva a cabo el programa “Compartim”, de gestión del conocimiento, que promueve el aprendizaje para el intercambio de experiencias y la compartición de buenas prácticas. En él ya han participado más de ochocientas personas, y el conocimiento producido y difundido incluye más de sesenta documentos entre ponencias, protocolos, manuales, plantillas, documentos de trabajo, procedimientos, etc.».
El objetivo es la mejora en la práctica profesional cotidiana. Cada comunidad de práctica tiene que seleccionar un aspecto a mejorar, combinando las reuniones presenciales con la interacción virtual. El coordinador de grupo (e-moderador) y los expertos ayudan en el proceso. En la misma web se nos explica cómo culmina:
«Al final del proceso de trabajo compartido se lleva a cabo una sesión de buenas prácticas dirigida a todo el colectivo profesional, donde se expone el trabajo elaborado. En esta sesión también se suele invitar a expertos de otros ámbitos para que presenten experiencias de éxito relacionadas con la propuesta de mejora tratada».
Hay una plataforma para trabajar en línea todo lo que ha sido expuesto presencialmente y que se llama e-Catalunya. Hay diferentes herramientas que favorecen el trabajo colaborativo, como es el caso de blogs corporativos, foros o wikis. Además, las horas dedicadas pueden computar como formación y se celebran jornadas de buenas prácticas para compartir lo que se ha aprendido.
Las comunidades de práctica se dividen en este programa a partir del siguiente esquema:
Administración de justicia |
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Ámbito Justicia Juvenil |
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Ámbito penal |
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@plec 2.0 Justicia Tarragona |
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E-moderadores |
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Mediación |
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Prevención y mediación comunitaria |
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Calidad de la atención ciudadana en el ámbito de la justicia |
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Las tareas llevadas a cabo en los diferentes ámbitos generan productos de conocimiento de acceso público y de gran valor para la comunidad y para el público interesado en general.
Como ya hemos podido ver, la figura del e-moderador es considerada clave para el éxito de las comunidades de práctica. Presenta las siguientes características (recogidas de Pérez y Vives, 2010):
- Es una persona representativa de la comunidad y con capacidad de liderazgo.
- Es respetada y tiene influencia en la comunidad.
- Presenta buenas capacidades comunicativas y se adapta a los nuevos entornos tecnológicos.
- Se encuentra comprometida en hacer avanzar el conocimiento en su ámbito profesional.
Los miembros de la comunidad de práctica, a partir de la tarea del e-moderador, desarrollan su trabajo con una mayor calidad y a la vez se incrementa su compromiso institucional. Todo esto es posible gracias a las reuniones que llevan a cabo y al trabajo colaborativo.