2.4. La evolución de la Web
2.4.1. Introducción
En los últimos años se ha hablado mucho de la denominación Web 2.0, una evolución de las aplicaciones de Internet desde su configuración tradicional hasta nuevas aplicaciones centradas en el usuario. Esta actitud ha dado lugar a un nuevo paradigma en la comprensión de la Red, entendida como una constelación de tecnologías plurales. El paso de los datos a las personas, por medio del software social, ha favorecido una dinámica colaborativa que se inició con los blogs y los wikis, pero que se ha ampliado con el podcast, el videopodcast, los marcadores sociales, el microblogging y las redes sociales
La expresión Web 2.0 nació en una lluvia de ideas realizada en 2004 entre Dale Dougherty (O’Reilly Media) y Craig Cline (MediaLive). Diagnosticando la World Wide Web (WWW), comprobaron que, después del descalabro de las empresas punto.com, estaban apareciendo nuevas aplicaciones basadas en páginas web dinámicas que ponían énfasis en la interacción y los vínculos sociales. A partir de ahí se dedujeron unos principios que sirven para entender mejor lo que algunos han considerado un cambio de paradigma:
- La Web como plataforma: muchos servicios dejan de ser aplicaciones cerradas en el ordenador personal (aplicaciones de escritorio) para ser utilizados desde cualquier lugar (un ejemplo del primer tipo podría ser Office de Microsoft y uno del segundo Google Docs de Google Drive, que hacen posible compartir documentos ofimáticos sin necesidad de guardarlos en local y favorecen el trabajo colaborativo). El valor del software es proporcional a los datos que ayuda a gestionar. En todo momento la plataforma supera la aplicación.
- La Web como expresión de la inteligencia colectiva: los usuarios editan y publican contenido, que es enlazado por otros usuarios, creando una red de interrelaciones que crece como consecuencia de la tarea colaborativa (es casi un organismo con sus propias leyes, por ejemplo, la blogosfera, auténtico ecosistema informacional).
- La Web como una arquitectura de participación: la Web ya no depende de la iniciativa de las grandes organizaciones, sino de la actividad colectiva de los usuarios. Como ejemplo, la Wikipedia, una enciclopedia que puede ser mejorada por los internautas a partir de la herramienta wiki y que ha sustituido como referente a servicios como la Britannica Online. Los contenidos ya no se clasifican con la típica división en categorías taxonómicas, sino en un estilo de clasificación basado en la elección libre de las palabras clave mediante etiquetas (folcsonomía, propia de los sistemas de etiquetado social como Delicious o Diigo).
- La Web como sistema descentralizado: la Web 2.0 pone énfasis en el poder colectivo de los sitios web pequeños, puesto que estos constituyen la mayor parte del contenido del ciberespacio. La gestión colaborativa de la información permite que esta llegue no solo al centro, sino también a los extremos. Por ejemplo, el servicio de transferencia de archivos BitTorrent no podría funcionar sin un uso masivo por parte de la gente.
La Web 2.0 implica, pues, el cambio de un sistema rígido de aplicaciones de escritorio focalizado en la información distribuida por servicios centralizados a un sistema flexible de aplicaciones web distribuidas por servicios descentralizados centrados en el usuario y su colaboración con otros usuarios en la creación de contenidos y en la interacción social. La innovación no estará únicamente al servicio de los grandes desarrolladores, sino incluso de los mismos usuarios, ya que los productos se actualizan continuamente, se encuentran en permanente fase beta (o beta perpetuo).
Fundación Orange (2007). Mapa visual de la Web 2.0